martes, 27 de diciembre de 2011
El año del décimo doctor
A lo que iba, es decir, a listar brevemente la mejor televisión que he visto este año (sí, me doy cuenta de que es algo paradójico que después del primer párrafo, la conclusión sea dos post diferentes, uno para cine y otro para televisión). Es sintomático, y creo que bastante generalizado, que mi relación con NINGUNA de las obras que cito a continuación se haya producido a través de la emisión en una cadena televisiva, sino mediante la edición en DVD y otros medios de legalidad más cuestionable.
lunes, 12 de diciembre de 2011
Zánganos en Verdún
sábado, 10 de diciembre de 2011
Películas de pesadilla
En España Newman ha sido publicado únicamente (creo) en esta faceta de escritor de ficción, a través de las dos primeras novelas del mencionado ciclo vampírico ("El año de Drácula" y "El sanguinario barón rojo") y de unas novelas incluidas en la franquicia Warhammer y firmadas con el pseudónimo de Jack Yeovil. Su ficción inédita en castellano incluye otros títulos en los que a su conocido interés por la historia alternativa y la literatura de género se une la pasión por el cine, en particular el fantástico y terrorífico: "Famous Monsters", el ciclo "Where the Bodies Are Buried", "Amerikanski Dead at the Moscow Morgue", "Andy Warhol's Drácula" entre muchos otros. Sin embargo, no me sorprendería que en su país de origen, el Reino Unido, Newman fuera más conocido como crítico cinematográfico que como escritor de ficción, gracias a sus reseñas en la revista Empire y a su particular imagen que no pasa desapercibida en sus habituales apariciones en reportajes y documentales.
jueves, 17 de noviembre de 2011
Abundancia roja
Como de forma por lo demás irritante aducen las personas religiosas respecto a Dios, aunque uno no crea en la Economía la Economía sí cree en uno, y aquí estoy unos años más tarde sin saber mucho más sobre el tema pero mucho menos ufano de mi ignorancia, por más que a mis ojos profanos mucha de la cháchara económica que se escucha por ahí siga sonando a una mezcla de pseudociencia y teletienda.
En la visión simplista a la que me condiciona el desconocimiento, el sistema económico, dominado por ese ente informe denominado "el mercado" parece un toro de rodeo imposible de dominar. La supuesta misión que, desde una perspectiva de lo que antes se llamaba "izquierdas", debería tener el estado, es decir, redistribuir la riqueza y garantizar unos servicios públicos de calidad, se ve prácticamente imposibilitada por su incapacidad por controlar los movimientos económicos. Ingenuamente, parece que una solución pasaría por no reducir la capacidad económica de los estados, sino incrementarla. Ahora bien, durante el siglo XX ya ha habido varios experimentos de economía controlada por los estados en vez de por los mercados, y ya sabemos cómo acabaron. Y no sólo está la cuestión espinosa de que, sin excepciones, fueran de la mano de regímenes dictatoriales y crímenes masivos; es que, además, desde un punto de vista puramente económico, resultaron un fracaso.
"Abundancia roja" de Francis Spufford es un libro que trata el breve intervalo, a finales de los años 50 y primeros 60, durante el que la Unión Soviética realizó un esfuerzo por racionalizar la economía a través de las fuerzas entonces nacientes de la cibernética, con el objetivo de hacer del pueblo soviético el más rico del planeta. Fallecido Stalin, el recién llegado al poder Kruschev pretendió superar a los Estados Unidos no sólo en la carrera espacial, sino en la prosperidad y la abundancia a disposición de sus habitantes. El tratamiento que hace Spufford de este periodo contiene elementos de ficción y de historia tradicional: es una novela que relata acontecimientos reales (lo que los anglosajones llaman "faction") a través de episodios dramatizados en los que intervienen personajes reales (el propio Kruschev, matemáticos y economistas como Kantorovich y Nemchikov) y figuras ficticias creadas por Spufford. Se trata por tanto de una novela de ideas, calificativo que suele aplicarse de manera peroyativa, como si las ideas fueran un tema del que el arte debería mantenerse alejado. (Puede que sea la edad pero algunas cosas que más me han interesado últimamente, como los documentales de Adam Curtis, las obras de Tom Stoppard o éste libro, tratan específicamente sobre ideas). Spufford reconoce haber tomado como modelo la trilogía de Marte de Kim Stanley Robinson; "Abundancia roja" se lee como una novela de ciencia ficción sobre el pasado cercano. En sus páginas se menciona la obra de los hermanos Strugatski, las figuras máximas de la SF soviética y de los que también se acaba de editar un libro que todavía no he leído pero me parece muy prometedor, "El lunes empiezan el sábado".
Ya sabemos cómo acaba la historia: Spufford decía en un artículo que el periodo que describía había quedado "crushed flat by hindsight". Nuestros líderes económicos seguramente aducirán que los hechos confirman la posición de que la economía de libre mercado es la única forma posible de conseguir que grandes grupos de personas vivan en la abundancia. Informándome sobre este libro he descubierto con cierto alivio que, pese a lo que parece, no se trata de una verdad reconocida universalmente, y que existen actualmente científicos como Paul Cockshott (autor de "El socialismo del siglo XXI") que están intentando imaginar una economía centralmente planificada que supere las limitaciones y los errores de sus antecesores. El propio Spufford concluye el libro con una nota de esperanza: aunque sus héroes han fracasado, su esfuerzo es importante; lo contrario sería reconocer que no hay alternativa a la rendición ante las fuerzas impersonales del mercado.
Cuando tuve noticias de este libro, me pareció que su indefinición genérica (no es ni una novela ni un libro de historia) hacía improbable su publicación en España, y adquirí la edición inglesa. Me he quedado agradablemente sorprendido al ver estos días que ha sido ya traducido y editado en Turner (editorial que, por cierto, no es la primera vez que me da una sorpresa de este tipo).
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Recomendado con reservas
Harrison hizo sus pinitos como productor cinematográfico con la compañía Handmade, creada para financiar "La vida de Brian" (1979) y que produjo otras películas de interés como "Los bandidos del tiempo" y "Withnail y yo". Jordi Costa comentaba en Facebook hace unos días que Harrison despidió a todos los empleados de Handmade por fax; "Living…" no hace mención alguna a este hecho, pero sí alude brevemente al escándalo que se produjo con motivo del estreno de "La vida de Brian", e incluye imágenes del famoso debate televisivo que enfrentó a dos de los miembros de Monty Python, John Cleese y Michael Palin, con dos detractores de la película, el periodista Malcolm Muggeridge y el obispo de Southwark. El lunes, como alternativa al previsiblemente tedioso "cara a cara" entre Rajoy y Rubalcaba, escogí ver "Holy Flying Circus", la película que la BBC ha dedicado al episodio. Escrita por Tony Roche, uno de los guionistas de "The Thick of It" y "In the Loop" (ya se sabe que tradicionalmente en la televisión británica el nombre a destacar es el del escritor, no el del director, en este caso Owen Harris), "Holy Flying Circus" no pretende representar los hechos tal como ocurrieron ("es todo inventado, como la Biblia", se dice en algún momento), sino reflexionar sobre la capacidad de ofender del humor y, sobre todo, rendir un afectuoso homenaje a Monty Python que incluye personajes con variados impedimentos del habla, animación con recortables, hombres travestidos, anacronismos, extraterrestres, grupos religiosos con tendencia a la disensión interna y Jesús soltando ventosidades. El mensaje queda en ocasiones demasiado subrayado, los villanos son meras caricaturas y en general hay un esfuerzo ostensible por ser "inteligente", pero de manera similar al documental de Scorsese, el fan de Monty Python tiene motivos de sobra para el disfrute, de los cuales no es el menor un reparto afortunado, con un Charles Edwards poseído por el espíritu del "hombre más agradable del mundo", y la siempre agradecida presencia de Mark Heap. Terminado el visionado, uno no puede evitar comparar programas como éste, fallidos pero imaginativos, arriesgados y rebosantes de talento, con la producción más prestigiosa de nuestra televisión pública nacional, sin ánimo de faltar al respeto a los profesionales que hacen "La hora de José Mota", "Cuéntame" o "Águila Roja".
lunes, 7 de noviembre de 2011
Martin Scorsese, crítico de cine
Quienes hayan visto "Un viaje personal con Martin Scorsese a través del cine americano" (1995) y "Mi viaje a Italia" (1999) conocen que el entusiasmo del director italoamericano por el cine está respaldado por un conocimiento amplio y un criterio personal sólidamente fundado, cualidades que lo acreditan como potencial buen crítico de cine. Hasta hace poco yo desconocía por completo este aspecto de su trabajo, pero desde hace unos años, en la revista de un distribuidor de televisión por cable estadounidense (DirecTv) y en su página web ha venido publicando una columna en la que comentaba brevemente algunas de las películas que se programaban en alguna de las cadenas del paquete (habitualmente TCM). La columna se interrumpió a finales del año pasado, y los contenidos han sido retirados al menos momentáneamente del sitio web (tengo la esperanza de que esto se deba a una posible futura publicación en forma de libro); en cualquier caso, el navegante experto podrá, como hice yo, recuperar la mayor parte de ellos. Además, desde el mes de Octubre Scorsese colabora con una columna similar en TCM.com.
jueves, 27 de octubre de 2011
El extraño mundo de Gurney Slade
La televisión es un medio que, por razones históricas y económicas, ha dado seguramente menos campo a la libertad individual de los creadores que el cine y los cómics, y nuestro conocimiento de sus épocas primigenias está aún más comprometido por el carácter inmediato o rápidamente perecedero de sus materiales de elaboración. Sin embargo, lego como soy en el asunto, tengo la impresión de que la investigación de la historia en gran parte desconocida de las primeras épocas de la televisión puede ser fuente de no pocas agradables sorpresas.
miércoles, 19 de octubre de 2011
Superhéroes
Ya que estamos con el tema, una recomendación: Panini publicó casi de puntillas en una colección dirigida al público infantil el primer tomo de "Thor, the Mighty Avenger", de Roger Langridge y Chris Samnee. La colección, nacida para aprovechar el lanzamiento de la película fue cancelada en Estados Unidos por falta de ventas con apenas 8 números, de los que aquí se han publicado cuatro en el tomo que comento; no sé qué pensará García de ella, pero yo la he encontrado ejemplar, no sólo porque está estupendamente escrita y dibujada sino porque es uno de los escasos tebeos de superhéroes actuales que se pueden entregar tranquilamente a un lector alejado del endogámico ambiente de los fans (¡incluso a un niño!) con razonables expectativas de que no reaccione con incomprensión o disgusto.
lunes, 19 de septiembre de 2011
El protagonista estaba muerto desde el principio
martes, 6 de septiembre de 2011
Planeta Hong Kong
Otros elementos habituales de la programación eran las producciones populares italianas, eróticas (Alvaro Vitale, aka Jaimito) y de terror (Fulci, Coscarelli). Y, por supuesto, lo que nosotros llamábamos películas "de chinos" y que, según aprendí más tarde, eran producciones de la entonces floreciente industria de Hong-Kong. Aunque hasta tiempos recientes no he tenido más que contactos muy puntuales con el cine de la antigua colonia británica, tengo la impresión de que aquellas películas de kung-fu quedaron impresas en mi memoria ancestral de espectador. Anécdota personal que incluyo porque sí: una de las primeras películas que recuerdo haber visto en un cine es una de artes marciales que a pesar de mis esfuerzos no he sido nunca capaz de volver a encontrar ni siquiera en referencias. En mi recuerdo se titulaba "El león dormido" pero, dado que Google no reconoce ese título, parece probable que la memoria me juegue una mala pasada.
El profesor David Bordwell, autor de libros de texto ("El arte cinematográfico", "Film History") y monografías sobre directores tan respetables como Eisenstein, Dreyer y Ozu, no parece la opción más obvia para escribir sobre un cine de raíz y objetivos tan populares como el de Hong Kong, pero las dudas pronto se disipan: Boardwell no sólo reconoce sino que abraza con entusiasmo su lado más extravagante, excesivo y sentimental, sin ignorar su cara oscura (como por ejemplo los prejuicios raciales y sexuales que se encuentran muchas veces en la base de sus argumentos). En ocasiones, como es habitual, virtudes y defectos son dos caras de la misma moneda: al tratarse en la mayoría de los casos de un cine puramente comercial, está dominado por lo que Boardwell llama "presión hacia la predicibilidad" que da lugar a productos en serie, pero para los cineastas de talento las convenciones proporcionan una estructura como la de la métrica de un poema, dentro de la cual pueden dar rienda suelta a su creatividad en la búsqueda de variaciones. "Planeta Hong Kong" está escrita por un académico, pero también por un entusiasta del cine del que habla.
martes, 30 de agosto de 2011
El tamaño importa
En las discusiones sobre la preferencia de ver las películas en versión original, o en pantalla grande y sala oscura, se encuentra subyacente la noción de un ideal platónico de la obra artística, a la que las distintas presentaciones o ediciones deben intentar acercarse lo máximo posible. Por supuesto, esta idea no se limita únicamente al cine, sino que está presente en los juicios sobre otras formas artísticas, y en particular los comics. Las reediciones de tebeos clásicos (o simplemente antiguos) son juzgadas, aparte de por la calidad intrínseca de la obra que presentan, por la calidad del papel, la traducción, la rotulación, la reproducción de las líneas y del color.
viernes, 12 de agosto de 2011
Ciclos
domingo, 7 de agosto de 2011
Louie, Louie
lunes, 4 de julio de 2011
El cine reencontrado. Incluye sorpresas
El interés del festival no se limita a profesionales y académicos interesados en el cine primitivo y las técnicas de restauración cinematográfica, aunque estas personas tienen en estas fechas un punto de encuentro que imagino de lo más estimulante. Para los aficionados de a pie, en estos tiempos en que las posibilidades de ver cine en pantalla grande se van reduciendo hasta lo microscópico, es una oportunidad (posiblemente la única o la última) de ver clásicos del cine en copias impecables y, en el caso de películas mudas, con acompañamiento musical en directo. En la programación de este año han convivido reliquias de los orígenes del cine con clásicos ineludibles como “Solo los ángeles tienen alas”, “La dolce vita”, o “Taxi Driver” y rarezas como “La vie est à nous” o “La máquina matamalvados”. Yo soy seguramente la última persona a la que se le ocurriría hablar mal de la visión de películas en la pantalla del televisor o del ordenador, que tantas lagunas culturales me ha permitido llenar, pero espectáculos visuales suntuosos como “Nosferatu” o “French Cancan” deberían contemplarse al menos una vez en la vida en las mejores condiciones posibles.
martes, 21 de junio de 2011
De Providence a Moulinsart
Pero ya se sabe que el hombre propone, y los planes de los ratones y los hombres, etc. A finales de los 70 yo todavía no llevaba gafas o acababa de ponérmelas, pero ya hacía años que era un niño repelente que se pasaba las horas leyendo. Con motivo de mi duodécimo cumpleaños, un amigo me acompañó a la librería local (en realidad una papelería con un pequeño expositor rotatorio de libros de bolsillo): mi misión, en caso de aceptarla, era gastar en libros las 300 pesetas que le había dado su madre para mi regalo de cumpleaños. Mi elección, constreñida (o quizás debería decir guiada) por la limitada oferta, consistió en un ejemplar de “Troilo y Crésida” de Shakespeare en la colección Austral (ya he mencionado que era un niño repelente) y el primer tomo de algo llamado “Relatos de los mitos de Cthulhu”. No puedo decir que el drama shakespeariano dejara gran huella en mi memoria, pero el impacto del segundo de los libros me acompaña hasta ahora. Probablemente yo estaba más predispuesto que otros para recibirlo: además de un lector ávido de 12 años (la edad de oro de la ciencia ficción, según el dicho), tenía cierta propensión a los terrores nocturnos y unos años antes me había negado a que mis padres dejaran abierta la ventana de mi dormitorio en las noches de verano porque imaginaba que venían seres del espacio a raptarme. Así las cosas, no es de extrañar que el libro (primera parte de una antología que no leí completa hasta varios años más tarde, y que creo que es la misma que editó Valdemar en tiempos más recientes) me produjera una mezcla de fascinación y horror de la que Lovecraft se hubiera sentido orgulloso, a pesar de que él era únicamente al autor de una de las historias, “La llamada de Cthulhu”.
sábado, 28 de mayo de 2011
La trampa
sábado, 21 de mayo de 2011
Los Soprano: Cuando llega, no lo sientes venir
LOS SOPRANO: CUANDO LLEGA, NO LO SIENTES VENIR
Históricamente, “Los Soprano” (1999-2007) pasa por ser la piedra fundacional de lo que se ha dado en llamar la moderna Edad de Oro de la televisión. Independientemente de discusiones sobre la realidad de esa supuesta Edad de Oro y de sus límites temporales, resulta difícil negar la importancia histórica y artística de la serie creada por David Chase para HBO. En palabras de Rodrigo Fresán, si “The Wire” son los Beatles, “Los Soprano” son Elvis, pero sin Elvis nunca hubieran existido los Beatles; “Los Soprano” contiene elementos de la tradición televisiva precedente y las semillas de la evolución del medio durante la primera década del siglo XXI.
viernes, 8 de abril de 2011
The Office: caigan bombas sobre Slough
THE OFFICE: CAIGAN LAS BOMBAS SOBRE SLOUGH.
En una escena de “Annie Hall” (1978) Alvy Singer, el personaje interpretado por Woody Allen, acompaña a un amigo a una sesión de postproducción en la que se añaden risas enlatadas a una comedia televisiva. “¿Sabes lo inmoral que es eso?”, pregunta Alvy, anonadado: para él, es una forma descarada de manipulación. Las risas grabadas son un estímulo pavloviano que manipula al espectador, condicionado para reírse cuando el realizador lo mande, tengan o no gracia los chistes.
lunes, 21 de marzo de 2011
The Wire: todas las piezas importan.
THE WIRE: TODAS LAS PIEZAS IMPORTAN.
Baltimore, Maryland, es una ciudad situada en la Costa Este de los Estados Unidos. De unos 600.000 habitantes, y un área metropolitana de más de 2 millones, con una población mayoritariamente afroamericana, para los aficionados al deporte es conocida por tener un equipo en la Major League de béisbol (los Orioles) y uno en la NFL de fútbol americano (los Ravens), pero ninguno en la NBA de baloncesto. Para los melómanos, por tener una orquesta sinfónica con prestigio internacional, y ser el lugar de origen de Cab Calloway y Phillip Glass; para los lectores, por los relatos de Anne Tyler y ser el lugar donde murió Edgar Allan Poe. Los espectadores de cine y televisión conocemos Baltimore a través de los trabajos de tres creadores: John Waters, Barry Levinson y David Simon.
lunes, 14 de marzo de 2011
Sobre el doblaje
jueves, 10 de marzo de 2011
Perdidos: posibilidades de una isla
PERDIDOS: POSIBILIDADES DE UNA ISLA
En el primer episodio de “El prisionero”, serie creada e interpretada en 1967-68 por Patrick McGoohan, un espía (que podría ser el mismo que el actor encarnaba en su serie anterior “Danger Man”) renuncia a su trabajo y es inmediatamente recluido en una misteriosa comunidad (“el pueblo” o "la villa") donde en medio de una atmósfera kafkiana sus captores intentan averiguar los motivos de su defección. No es difícil encontrar en “Perdidos” (2004-2010) ecos de “El prisionero”: personajes que buscan el sentido de su presencia en un entorno que a veces parece situarse fuera de las leyes de la naturaleza, y en el que están rodeados por otros personajes en cuya sinceridad no pueden confiar. No son, por supuesto, las únicas referencias que encontramos en la serie, que hace de la apropiación de materiales ajenos una de sus señas de identidad.
miércoles, 9 de marzo de 2011
Curso de nueva ficción televisiva
Estas notas no pretenden reflejar de manera detallada las clases: son simplemente una forma de agrupar y comentar mis apuntes y su utilidad es más personal que otra cosa. Otra visión del curso, más detallada y útil (¡con Youtubes!), está apareciendo en el blog de Inma, también alumna del curso. Aplican las advertencias obvias: las ideas que aparecen en estas entradas no se me han ocurrido a mí, sino que proceden de Jordi y sus fuentes; sin embargo, él no es en absoluto responsable de mis errores de interpretación y de expresión, y mucho menos de las apostillas que añadiré por mi cuenta y riesgo.
El curso se estructuró en cuatro grupos de tres sesiones. Cada grupo de clases se dedicó a una serie escogida por su especial interés. En las clases se analizaba la historia y las características particulares de cada una de las series, se señalaban antecedentes e influencias previas, se discutían posibles sucesores. En la última sesión se prestaba atención particular a un episodio destacado. La riqueza de posibilidades de las series escogidas hubiera permitido sin problemas una o dos sesiones más dedicadas a cada una de ellas, y se me ocurren otras series sobre las que me hubiera gustado escuchar lo que Jordi tuviera que decir, pero el valor del curso no estaba en agotar sus temas sino en abrir puertas para futuras exploraciones. En ese sentido, tengo mucho trabajo por delante.
1. Noviembre de 2010: Perdidos
2. Diciembre de 2010: The Wire
3. Enero de 2011: The Office
4. Febrero de 2011: Los Soprano
viernes, 25 de febrero de 2011
Chris Morris
En cualquier caso, y dada la función de repositorio de este blog, lo dejo también aquí, con algunas ligeras correcciones, y también en scribd.
miércoles, 9 de febrero de 2011
Túnez, Egipto
En los últimos treinta años la humanidad ha existido únicamente como una especie animal. La ciencia adecuada para su estudio ha sido la zoología. De hecho, se han realizado grandes avances en ese terreno, especialmente a través del estudio del genoma. Pero la humanidad como animal político y racional murió en 1979, y fue al infierno. Allí hizo lo que hacen los condenados: atormentarse a sí misma y a otros. El instrumento de tortura ha sido la identidad. Si no vemos nuestras luchas parciales como parte de un proyecto general de emancipación humana, nos volvemos los unos contra los otros y peleamos por las migajas.
La semana pasada en la plaza de Tahrir miles de personas se pusieron de pie frente a una turba contrarevolucionaria y lucharon contra ella, metro a metro durante un largo día y una larga noche, con palos y piedras. En esas pocas horas demostraron en la práctica que la conciencia de los seres humanos puede cambiar la historia. Devolvieron al sujeto humano y la emancipación humana a la política. Ocurra lo que ocurra en el futuro próximo en Egipto, esta conciencia no desaparecerá. Todos podemos volver a ser humanos. Eso no significa que vayamos a amarnos los unos a los otros. Significa que podemos luchar unos contra otros por buenas razones.
Como alguien dijo en Twitter: "Ayer, todos fuimos tunecinos. Hoy todos somos egipcios. Mañana, todos seremos libres."