lunes, 19 de septiembre de 2011

El protagonista estaba muerto desde el principio

Aviso: contiene spoilers. O más bien, sólo uno, el que aparece en el título. Si no quieres saber a qué se aplica, no sigas leyendo.

La "Encyclopedia of Fantasy" define una "fantasía póstuma" como un relato "que trata principalmente del rito de tránsito de la muerte a un estado de comprensión". En su versión más habitual, los protagonistas inician el relato sin ser conscientes de haber fallecido y van comprendiendo gradualmente que el mundo en que se encuentran es una representación destinada a hacerles scomprender la verdad (o una verdad) sobre su vida anterior y facilitarles el tránsito en el siguiente paso de su viaje. Serían fantasías póstumas, para entendernos, la mitad de la sexta temporada de Perdidos, la novela "El tercer policía" de Flann O’Brien o la película "El carnaval de las almas". Como muchos lectores apasionados, cuando era joven jugué con la idea de escribir, y antes de rendirme a mi apabullante falta de talento llegué a esbozar en mi imaginación más de una historia. La más desarrollada de todas ellas era una fantasía póstuma con ciertas similitudes con la mencionada sexta temporada de "Perdidos". Aunque ingenuo e ignorante, no lo era tanto como para pensar que la idea era profundamente original, pero tampoco era consciente de la cantidad de veces que había sido utilizada, ni de las veces que lo sería en el futuro: la entrada citada de la "Encyclopedia of Fantasy" lista varias decenas de novelas y relatos que pueden clasificarse en este subgénero.

El creador del término, el crítico John Clute llamó a "The Hereafter Gang", una fantasía póstuma del escritor norteamericano Neal Barrett publicada originalmente en 1991, "una de las grandes novelas americanas". El término clave aquí es probablemente "americana": como otros relatos de Barrett, "The Hereafter Gang" pertenece a la tradición fundada por "Huckleberry Finn", en la que es fundamental una voz narrativa (frecuentemente en primera persona y utilizando los modos dialectales del sur rural de los Estados Unidos) inclinada a la exageración, la fábula, la digresión y el humor. Ecos de esa voz pueden encontrarse en Flannery O’Connor, Thomas Pynchon, Charles Portis o Jim Thompson, por poner cuatro ejemplos bien dispares, así como en buena parte de la filmografía de los hermanos Coen. En "The Hereafter Gang", Doug Hoover, un ejecutivo de publicidad de mediana edad, decide abandonar su trabajo y a su esposa, y emprender camino a la Oklahoma de su infancia, un paraíso evocado con pinceladas que recuerdan a Ray Bradbury o al Harlan Ellison de "Jeffty tiene cinco años". Ni él ni el lector sabrán con seguridad en qué momento exacto se produce el hito físico de la muerte. En su viaje encontrará a varios personajes, incluida una especie de benévola divinidad, que le servirán de apoyo y le conducirán a una suerte de iluminación (tras un número notable de vigorosos encuentros sexuales). La novela contrasta con buena parte de la obra más personal de Barrett, en la que aparece una versión desolada y pesimista de una América devastada; si "The Hereafter Gang" evita (a veces por los pelos) las trampas de la nostalgia azucarada es gracias a la fuerza puramente literaria, la exuberancia de la voz de Barrett, que da vida con grandes dosis de humor a un protagonista dubitativo e inseguro pero arrolladoramente vital.

Neal Barrett Jr. (1929-) pertenece a una raza de escritores, o más bien a dos, en vías de extinción. Durante buena parte del siglo pasado las revistas populares de ciencia ficción estadounidenses, gracias a su insaciable necesidad de páginas nuevas cada mes, se convirtieron en entorno propicio para escritores originales e inclasificables, autores con un sesgo demasiado fantástico como para ser acogidos en los medios literarios mainstream, que gracias al apoyo de editores comprensivos y un público reducido pero leal lograron crear a una obra ajena a las corrientes literarias generales, así como a los movimientos dentro del propio género o al gusto mayoritario de los lectores. Dentro de esta imposible no-corriente, la obra de Barrett puede emparentarse con la de R.A. Lafferty por el tono fabulador y el uso de una retórica narrativa próxima al tall tale, aunque el escritor con el que más puntos de contacto podrían encontrarse sería Howard Waldrop, como Barrett de origen tejano y dado a mezclar con soltura personajes y conceptos de la cultura popular y la "alta cultura". A diferencia de los dos autores citados, Barrett ha sido durante toda su carrera un escritor prolífico y ultraprofesional que nunca ha tenido problemas para cambiar de género de acuerdo a las exigencias del mercado. Además de ciencia ficción y fantasía ha publicado western, novela negra, horror, comic books, e incluso ha descendido al escalón más bajo de la industria: asegura haber escrito, bajo pseudónimo, western "para adultos" y novelas de los Hardy Boys; el único trabajo suyo que conozco publicado en nuestro país—aunque puede que se me escape algo—es una novelización de la película "Dragones y mazmorras".

La carrera de Barrett se inició en los años 60, pero no fue hasta los 80 cuando empezó a producir sus mejores trabajos y recibir la atención de los críticos y los premios literarios. "The Hereafter Gang" es considerada generalmente su obra maestra; otras obras destacadas son "Through Darkest America" (1987) y "Dawn’s Uncertain Light" (1989) dos novelas de ciencia ficción apocalíptica, y "Pink Vodka Blues" (1992), un thriller cómico que estuvo cerca de haber sido adaptado al cine, circunstancia que hubiese mejorado sustancialmente la situación económica de su autor. Actualmente creo que ninguno de sus libros está en imprenta, aunque no es difícil encontrarlos en mercados online. En los últimos años Barrett parece haber quedado sumido en un relativo olvido, del que tengo esperanzas de que salga próximamente. Además de su consideración la primavera del 2010 como "Autor Emérito" por parte de la Asociación de Escritores de Fantasía y Ciencia Ficción estadounidense, este otoño se publica "Other Seasons", una sustancial retrospectiva de su narrativa breve que incluye joyas como "Winter on the Belle Fourche", "Ginny Sweethips’ Flying Circus" o el maravilloso"Perpetuity Blues" que puede leerse aquí. Es de esperar que esta publicación devuelva a la atención de críticos y lectores una de las obras más notables de la literatura fantástica estadounidense.

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