miércoles, 9 de noviembre de 2011

Recomendado con reservas

Durante las 3 horas y media que dura "George Harrison: Living in the Material World", el documental de Martin Scorsese sobre el fallecido guitarrista de los Beatles, se repite una y otra vez que Harrison era un hombre con dos caras. Una, la más conocida, la de filántropo promotor del concierto de Bangla Desh, embarcado en una incesante búsqueda espiritual, discreto pero talentoso colaborador en la sombra de los geniales Lennon y McCartney, creador de algún memorable disco en solitario; la otra, la de mujeriego compulsivo propenso a las adicciones y los accesos de ira. Este lado oscuro, al que se alude repetidamente, está sin embargo prácticamente ausente de la película, aparentemente controlada por la familia y los amigos de Harrison, y termina por funcionar como una especie de amputado miembro fantasma. Da la impresión de que Harrison, genial músico, compositor ocasionalmente inspirado y mediocre letrista, fue una persona que daba para una película más interesante que la que ésta ha acabado siendo, una película a la que se invoca pero que no llega a hacerse presente. "Living in the Material World" sigue el modelo de entrevistas y material de archivo de "No Direction Home", el documental de Scorsese sobre Bob Dylan, pero tiene el problema añadido de que cubre un intervalo temporal mucho mayor, lo que hace que muchos momentos potencialmente interesantes queden apenas mencionados. De todas formas, al beatlemano que llevo dentro los mencionados doscientos y pico minutos llenos de imágenes poco conocidas y música maravillosa se le pasaron volando, y Scorsese, probablemente el cineasta vivo más técnicamente virtuoso que existe, podría hacer un documental interesante con este material incluso medio dormido.

Harrison hizo sus pinitos como productor cinematográfico con la compañía Handmade, creada para financiar "La vida de Brian" (1979) y que produjo otras películas de interés como "Los bandidos del tiempo" y "Withnail y yo". Jordi Costa comentaba en Facebook hace unos días que Harrison despidió a todos los empleados de Handmade por fax; "Living…" no hace mención alguna a este hecho, pero sí alude brevemente al escándalo que se produjo con motivo del estreno de "La vida de Brian", e incluye imágenes del famoso debate televisivo que enfrentó a dos de los miembros de Monty Python, John Cleese y Michael Palin, con dos detractores de la película, el periodista Malcolm Muggeridge y el obispo de Southwark. El lunes, como alternativa al previsiblemente tedioso "cara a cara" entre Rajoy y Rubalcaba, escogí ver "Holy Flying Circus", la película que la BBC ha dedicado al episodio. Escrita por Tony Roche, uno de los guionistas de "The Thick of It" y "In the Loop" (ya se sabe que tradicionalmente en la televisión británica el nombre a destacar es el del escritor, no el del director, en este caso Owen Harris), "Holy Flying Circus" no pretende representar los hechos tal como ocurrieron ("es todo inventado, como la Biblia", se dice en algún momento), sino reflexionar sobre la capacidad de ofender del humor y, sobre todo, rendir un afectuoso homenaje a Monty Python que incluye personajes con variados impedimentos del habla, animación con recortables, hombres travestidos, anacronismos, extraterrestres, grupos religiosos con tendencia a la disensión interna y Jesús soltando ventosidades. El mensaje queda en ocasiones demasiado subrayado, los villanos son meras caricaturas y en general hay un esfuerzo ostensible por ser "inteligente", pero de manera similar al documental de Scorsese, el fan de Monty Python tiene motivos de sobra para el disfrute, de los cuales no es el menor un reparto afortunado, con un Charles Edwards poseído por el espíritu del "hombre más agradable del mundo", y la siempre agradecida presencia de Mark Heap. Terminado el visionado, uno no puede evitar comparar programas como éste, fallidos pero imaginativos, arriesgados y rebosantes de talento, con la producción más prestigiosa de nuestra televisión pública nacional, sin ánimo de faltar al respeto a los profesionales que hacen "La hora de José Mota", "Cuéntame" o "Águila Roja".

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