jueves, 17 de septiembre de 2009

Presentación

¿Un blog a estas alturas? Un blog es tan… 2002, casi una reliquia en estos tiempos de Facebook y Twitter. Quizás eso lo hace adecuado para mí, que he llegado a una edad en la que ni con el más voluntarioso de los autoengaños puedo mantener la pretensión de ser “joven”, “actual” o “enrollado”. Hay hombres que gestionan la crisis de la mediana edad ligándose a una veinteañera y comprándose un deportivo; a otros, parece ser, las circunstancias y capacidades les llevan a abrir un blog, y quizás es mejor no pensar demasiado en lo que eso dice de unos y de otros.


La decisión procede de dos de mis obsesiones personales (si sigo adelante con esto saldrán probablemente algunas más, aunque espero que no todas). Una es la de mantener algún tipo de estímulo intelectual que sacuda la rutina y combata la decadencia asociada a la edad; una forma de gimnasia mental, como esos juegos de la Nintendo que tan de moda estaban el año pasado.


La otra obsesión es la de la dificultad de escribir, no ya brillantemente, sino sencillamente con corrección y claridad. Leer es fácil, y todos llevamos haciéndolo con frecuencia desde pequeños, incluso aunque no quienes no tocan un libro ni con guantes. Estamos tan acostumbrados a enfrentarnos a textos escritos que nos parece lo más sencillo del mundo. Y sin embargo, no lo es. No para mí, que no tengo precisamente mucha facilidad de palabra y cuyas capacidades expresivas pueden calificarse con un “necesita mejorar”; pero tampoco para mucha gente que no tiene en absoluto ningún problema para comunicarse oralmente en su vida cotidiana. Como casi cualquier otra cosa, escribir requiere un conjunto de habilidades de las que muchas veces no somos conscientes. Howard Waldrop proponía a los futuros escritores que se grabaran en la frente, escrita al revés para poder leerla cada vez que se miraran al espejo, la frase “Escribir es difícil”.


Pues bien, mi propósito con este blog es escribir algo con cierta sustancia, con una frecuencia indeterminada pero que espero que sea al menos una vez por semana. Por sustancia, léase longitud, lo cual no garantiza, por supuesto, que lo que salga aquí tenga el menor interés: mis ideas (al menos las propias) no son más interesantes que las de otro cualquiera. Me dedicaré principalmente a temas “culturales” (películas, libros, comics, series de televisión), primero porque me interesan y segundo, porque me obligarán, espero, a pensar en lo que digo. Supongo que aparecerán cuestiones personales que me parezcan pertinentes al tema del post, pero espero no caer en intimidades embarazosas.


Dicen que la mayoría de los blogs que se crean tienen tres posts: uno de presentación (que sería este), uno unas cuantas semanas más adelante en el que se habla de lo ocupada que es la vida de uno y lo difícil que resulta mantener el blog, y uno en el que se reconoce que últimamente se ha tenido el blog muy abandonado pero se promete que pronto se va a recuperar con nuevos bríos. Yo he encontrado una solución sencilla para sobrepasar este límite de los tres posts (no abrir el blog hasta tener tres posts escritos), pero no sé cómo evolucionará a partir de ese punto. Mi experiencia previa no es muy prometedora. Antes de que existiera la palabra blog, en aquellos tiempos primitivos en que los únicos que tenían acceso a Internet en España éramos los que trabajábamos en centros de investigación y departamentos universitarios, yo y unos compañeros montamos un pequeño servidor para la cátedra en la que pasábamos las horas. Allí, además de la información académica, teníamos nuestras páginas personales con una foto, un currículo más o menos gracioso, y en mi caso un proto-blog que consistía en un “diario de lecturas”, una pequeña recensión de lo que iba leyendo. Duró un par de meses, y lo dejé, además de por pereza, porque empezaba a tener la sensación de que ya no leía por placer sino para escribir el comentario. Paradójicamente, eso es en cierta medida lo que quiero recuperar, la idea de que no pasar pasivamente por los libros o las películas sino intentar activamente buscar algo que valga la pena fijar por escrito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario