martes, 20 de octubre de 2009

Películas raras: "House"


Es casi un lugar común decir que los japoneses “están majaretas”, como los romanos para Astérix, con una mezcla de condescendencia, racismo inconsciente y genuino asombro. Al fin y al cabo los japoneses hacen huelgas a la japonesa, comen pescado crudo y participan en concursos televisivos de carácter sadomasoquista. Por mi parte, considero que un país con corridas de toros y Semana Santa tiene poco que enseñar al mundo en materia de salud mental, pero es cierto que hay momentos en que las diferencias culturales o simplemente la extravagancia de algunos creadores traen a la mente la posibilidad de una psicología alterada, bien por causas fisiológicas internas, bien por agentes químicos externos. Tal es el caso de la película que nos ocupa.

Nada que ver con el doctor misántropo, “House” (Hausu, Nobuhiko Obayashi, 1977) es una de las experiencias más peculiares que el aficionado al cine fantástico puede echarse a la cara. Y eso que dicho aficionado es, entre los espectadores cinematográficos, el menos predispuesto a sorprenderse por nada. (Si alguien no lo conoce, puede buscar en Google el argumento de la reciente “El ciempiés humano”, uno de los estrenos del último festival de Sitges, y luego, si se atreve, hablar de la cordura relativa de la civilización occidental respecto a cualquier otra).

La extrañeza no proviene del argumento, que podría haber llevado a una versión más o menos tradicional del arquetipo terrorífico de la casa encantada. Siete muchachas van a pasar sus vacaciones a casa de la tía de una de ellas, que vive postrada en una silla de ruedas. Las adolescentes, cuyos apodos hacen mención a sus características más llamativas (Melody toca el piano y la guitarra, Mac, de “Stomach” es una tragaldabas, Kung Fu lanza patadas al aire, etc.), descubren al poco de su llegada que las cosas no son como parecen: empiezan a ponerse de manifiesto extraños fenómenos que van acabando con las chicas una a una, a lo “Diez negritos”.

El encargo que recibió Obayashi en su debut en el cine comercial fue el de realizar una película para adolescentes con un reparto atractivo y una banda sonora con gancho (a cargo de Godiego, un grupo entonces popular). En ese aspecto, la película fue un éxito, y puso de moda en Japón el subgénero de terror con colegialas. Sin embargo, “House” no se parece al terror japonés que se ha visto en Occidente en la última década, y si a algo recuerda es a las películas más extravagantes de Takashi Miike, como “La felicidad de los Katakuris”. Obayashi, que procedía del cine experimental y de la publicidad, realizó una mezcla de humor y terror con toques de erotismo a través de un cóctel enloquecido de recursos visuales (animación gráfica, stop-motion, transparencias, una llamativa paleta de colores…). Aunque yo no había oído hablar de esta película hasta el mes pasado, algunas de sus escenas son relativamente conocidas entre los amantes de lo extraño: unos minutos de búsqueda en Youtube permiten observar set-pieces como el del piano que devora a la joven, o el de la lámpara asesina y hacerse una idea del particular encanto de esta película. En cualquier caso, recomiendo el visionado completo a todos los amantes de lo surrealista, lo bizarro y lo fantástico más inclasificable.

NOTA: Si a alguien le pica la curiosidad, en Ubuweb (la meca del cine experimental) están los cortos que hizo Obayashi en los años 60. Y en Youtube están algunos de sus famosos spots, como los de la colonia Mandom protagonizados por Charles Bronson.

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