miércoles, 14 de octubre de 2009

Octubre de terror

Hay infinitas formas de dividir en dos a la humanidad, pero no tantas que digan algo significativo sobre la naturaleza humana. Entre estas últimas está, por ejemplo, la distinción entre la gente que prefiere los tebeos de Tintín a los de Asterix, y viceversa. (Por supuesto, está el gran grupo de los “no sabe/no contesta”, los que no leen tebeos o los que sólo les gusta Mortadelo o Spiderman, pero puede argumentarse que, aunque ellos no lo sepan, pertenecen a uno de los dos grupos anteriores). O, en el campo de la música pop, el viejo dicho asegura que “o eres de los de Louie Louie o eres de los otros”.

De la misma forma, hay gente que no soporta las películas de terror y gente que las disfruta. En realidad, supongo que esta fobia y su correspondiente filia pueden extenderse sin problemas más allá del cine a cualquier manifestación del terror (lo siniestro, lo gótico, lo oscuro). Por algún motivo, hay personas incapaces de disfrutar de la proximidad de lo siniestro, mientras que otras consideran que casi cualquier cosa mejora con la adición de vampiros, hombres lobo, zombies o, si no hay otra cosa, asesinos en serie.

Los que pertenecemos al segundo grupo tenemos Octubre como nuestro mes. Ahora que el otoño se apodera definitivamente del paisaje y las noches se hacen más largas, es el momento para acurrucarse en el sofá y escoger algún espanto de la estantería. La cosa culmina con la fiesta de Halloween, a la que algunos tienen ojeriza por formar parte de la colonización cultural americana, pero que cualquiera con una mínima sensibilidad reconoce que mola mucho más que la Semana Santa.

Así que, aunque este año el otoño está llegando con más sigilo que otros años, doy por iniciado el reinado del terror en el salón de mi casa, hasta nuevo aviso. La gente de Verano Infinito, que organizó este pasado verano una lectura colectiva de “La broma infinita”, ha hecho lo propio este mes con “Drácula” y, aunque con algo de retraso, me he incorporado a la fiesta. Tengo también a medio leer una recopilación de historias de fantasmas de la literatura anglosajona, y me gustaría complementar “Drácula” con la relectura de “El misterio de Salem’s Lot”. En la pila de películas-para-ver-próximamente tengo ya preparadas “La semilla del diablo”, “Zombi”, “Carretera al infierno”, “House”, “Quién quiere matar a un niño”, “Suspense” y alguna más que no recuerdo. Que venga el frío, si se atreve.

2 comentarios:

  1. Fernando, tio, una sentada de cine de terror no es nada sin "Posesión Infernal". No me hagas pensar que se te está olvidando esto del cine.
    Una brazo.

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  2. ¡Tienes toda la razón! "Posesión infernal" y "Terroríficamente muertos", una detrás de la otra. Ya estoy buscándolas.

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